La falta de espacio para ciclorutas, los "trancones" peatonales en algunos andenes y la sorpresa de los caleños al ver lo maravillosa que se ve la ciudad sin tanto carro, puso en la mente de todos como hemos crecido de espaldas a nosotros mismos y hemos beneficiado la inversión en cemento y polución, y es que nos abrazamos cuando vemos en las noticias que se venden más carros que el año anterior pero no reflexionamos que esa no es la dirección y mucho menos el síntoma del progreso.
Cali puede tomar hoy una decisión radical, crear la primera ciudad del mundo pensada para los ciudadanos. Tenemos el tamaño, el clima y el biotipo para eliminar los carros particulares de la economía, apostemos a un modelo de desarrollo serio que no juegue a enriquecer a los extranjeros sino a potencialzar a los nuestros.
- ¿preocupados por la caña y el alcohol carburante en la gasolina? ¡pues nada! pongamos estaciones de panela, donde se encuentren bolsas de agua combinada con el poder de la caña o espectaculares cuadritos de energía dulce y melosa.
- ¿preocupados por las empresas? ¡pues nada! aliviemos tributariamente a quienes promuevan esta decisión saludable donde tendrán colaboradores menos enfermos y vitalizados.
- ¿preocupados por la violencia? ¡pues nada! regalemos bicicletas y capacitaciones en los barrios de menos recursos con la plata que era para tapar huecos, creemos micro-empresas de chatarrización o ensambladoras de bicis .
- ¿preocupados por la productividad? ¡pues nada!.. nada más productivo que un ciudadano sin stress y feliz.
- ¿preocupados por los demás argumentos? ¡pues nada! también hay millones de argumentos para no promover el uso de carros contaminantes, pero el mejor de ellos es la salud de nuestros hijos.
Actualización del vídeo: Campaña de 2011
Bueno, se preguntaran entonces porque el titulo de este post y porque empece hablando de otra cosa, pues bien, pues porque en Cali adolecemos de un esfuerzo de comunicación que nos agrupe alrededor de esta ciudad, no tenemos un proyecto visionario que nos inspire, los alcaldes corto-placistas han soñado hasta donde los problemas inmediatos lo han dejado y los empresarios están en un paraíso en el cual poco les afecta estar aquí, en Palmira o Tuluá.
Propongo entonces una revolución ambiental, una Cali pionera, una ciudad importante apostándole al bienestar del ciudadano, (no un pueblo pequeño al que le queda fácil decir que no quiere más carros), ¡esta es una apuesta en grande!, una que tendrá indicadores como los ciudadanos más sanos del continente, la disminución de problemas respiratorios en los niños, la malla vial más sana del mundo, la menor accidentalidad del mundo occidental, una Cali con un sueño en común trabajando como equipo, estas serian consecuencias que traen las decisiones oportunas y sabias.
Va a ser difícil convencerlo a usted señor lector que esta no es una utopia, pero recuerde yo solo me encargo de borrar los limites, usted decide si quiere cruzarlos.