lunes, 20 de abril de 2009

Este temita de la crisis

Todos los noticieros andan alarmados, la radio, la televisión y la prensa no dejan de registrar las fuertes caídas de las bolsas alrededor del mundo, muchos llenan su boca con la palabra "crisis" como la excusa perfecta para hacer recortes, despidos, pedir salvamentos, etc. pero hasta ahora nadie a hablado de la palabra "oportunidad", esa que nadie puede vislumbrar entre lamentos.

 

El origen

Ya en un post anterior (CUMPLE LO QUE PROMETES) habíamos hablado muy seriamente del tema, pero todo se ha ido aclarando de una manera a mi parecer lógica. Miremos a nuestro alrededor y chequeemos las empresas en bancarrota, preguntemos a ellas si en verdad estaban interesadas en el bienestar de sus consumidores y de la comunidad, que con un poquito de sensatez nos señalen el verdadero culpable de todo este caos, preguntémonos si esas magnificas campañas publicitarias o estrategias de mercadeo tenían contenido o solo respondían a estándares estéticos; es entonces cuando vemos que el origen es solo uno, la mentira.

Porque hay quienes creen que la Marca es un cascaron superficial, el vestido de un negocio o peor aun, una estrategia. Pues no, lamento decirles que una Marca es "le cœur" de una empresa, es el verdadero latir de una organización y que si este latir es falso solo sobrevivirá mientras la "formula matemática" no sea descubierta (unos pocos años)

 

¿y la oportunidad?

Bueno, aquí estamos, el mercado esta dispuesto, cada uno tenemos un capital listo a brindar a quien se presente frente a nosotros con infinita honestidad, solo quienes se atrevan a mostrarnos su verdadero Corazón, su Marca legitima recibirán de nuestra parte el voto de confianza.

 

 

Que se presenten los bancos interesados por la gente y no los que con una serenata nos quieren "conquistar", que levanten la mano los fabricantes de autos que piensan en nuestra salud y la de nuestros hijos, no las que ponen sobre-precio a la ecología, que brinquen y se dejen ver las fábricas que no explotan a sus trabajadores, y no las que escudados en el outsourcing, sacrifican la calidad de vida.

La oportunidad nunca fue más perfecta. Seré utopico, pero soy real.

miércoles, 21 de enero de 2009

brrrandin an globalissession

El día de ayer el nuevo presidente de los Estados Unidos tomo posesión de su cargo, todos celebramos la reivindicación de la igualdad de oportunidades y la recuperación de nuestra capacidad de soñar sin limites. Pero este hecho nos hace reflexionar sobre el tema de la globalización y la identidad.

Por muchos años nos han vendido la idea de la globalización como un sistema o medio por el cual el mercado mundial se sostiene entre sí, esa doctrina también habla de una "homogenización", de una neutralización cultural, hoy la mayoría de jóvenes son EMOs desde la China hasta Bolivia, Shakira le canta a Jeques árabes y nos sorprendimos juntos por la muerte de Versace. Es así como las grandes marcas tampoco hacen mayores esfuerzos en regionalizar sus campañas o en contextualizar sus beneficios,

El mundo, la humanidad, nosotros hemos sabido aplicar el freno: cada vez celebramos más nuestras tradiciones y sentimos repulsión por lo pre-fabricado e impuesto, pusimos a Juanes en un pedestal con su carrilera pop "la camisa negra", los jóvenes colombianos usan guayaberas y en Estados unidos eligieron a un negro como presidente como una clara manifestación raizal.

Es la conquista de las culturas sobre los medios, es la respuesta a los economistas yuppies en Wall Street, es el verdadero sentido de la globalización: conocernos y sorprendernos de nuestras tradiciones, no maravillarnos con el mensaje neutro y bonito de Coca-Cola, pero si embelesarnos conociendo la mitología y costumbres propias y extrañas, visitando más a nuestros abuelos y dejando a un lado los centro comerciales.

Las marcas siempre serán un fenómeno personal, como constructores de marcas sabemos que en este enamoramiento no podemos llegar con frases genéricas, prediseñadas o con clichés, las marcas hacen parte de la personalidad de la gente y nadie quiere ser un maniquí.

En un sentido poético e irónico nuestro oficio como publicistas puede unirse a esta manifestación, creando campañas con identidad y no idénticas, creando marcas que aliñen sabrosamente a las personas y no que las alienen, desde el oficio más despreciable del capitalismo hagámonos el favor de crecer y no solamente creer.

¿o que preferimos, un comercial bonito, pegajoso y repleto de clichés o uno con autentico sabor propio?